La transformación en las relaciones puede cambiar al mundo
- amanecerturquesaco
- 26 may
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Por: Gabriela García Espinosa

Comencemos ¿Por qué nos cuesta tanto cambiar? el cambio exige una adaptación e implica aceptar, dejar atrás, transformar, soltar, empezar, sentir el vacío fértil y el miedo a lo desconocido. Todos nosotros hemos tenido una historia personal de adaptación al entorno que empezó en nuestro nacimiento o desde la concepción.
Es muy difícil renunciar acerca de nuestras conclusiones de quiénes somos en este mundo, te ha llevado años y muchas decisiones para construir tu identidad, consolidar tus creencias, tu manera de sentirte.
Los cambios nos pueden resultar un desafío enorme, te has preguntado que tus propios desafíos, los que a ti te costaron un enorme trabajo, para el de al lado pudo haberle resultado sencillo, así es, cada quién tiene su propio tiempo y proceso para llevarlo a cabo, pero todos hacia un mismo fin nuestra propia transformación.
Podemos empezar con un experimento de cambio, piensa ¿cuál sería el tuyo? Mi propio experimento consistía en pensar, ¿qué ocurriría o estaría sintiendo ahora si no estuviera teniendo esta profunda decepción? Me di cuenta de que lo que estaría sintiendo en su lugar era una rabia gigante que no sabía cómo expresar y enterraba con enormes kilos de decepción. Me di cuenta de que esa decepción no era tan real como yo la sentía. La propia decepción era un sentimiento convertido en un parásito que yo mismo había aprendido a provocar para sepultar mi rabia y mi impotencia.
Un cambio de casa, un cambio de habitación, de lugar, de pareja, de trabajo, de libreta, de computadora, de celular … son cambios y algunos somos capaces de agarrarnos a un mueble eternamente para no pasar por el proceso emocional de separación de ese objeto, persona o situación y sentir el dolor del fin de la relación.
Un ejemplo claro en las relaciones humanas es que puedes pensar que estás cambiando de pareja, pero estás repitiendo la misma escena con nuevos actores. Es una ilusión de cambio, pero no es un cambio profundo. Fíjate como se repiten los mismos esquemas y finales. Seguramente te desesperas intentando cambiar sin darte cuenta de que tu intento por cambiar también forma parte del mismo mecanismo que hace juego. Es decir, tú crees que estás intentando cambiar, pero estás repitiendo los mismos pasos que te llevan al mismo lugar en el que terminas sintiéndote como siempre, y confirmando las mismas creencias acerca de ti mismo y el mundo: Yo soy el que paso de todo, yo soy un incapaz, no puedo con todo, soy un desastre, o soy el que no puede pedir ayuda, el que no necesita a nadie, el que no molesta, el que puede con todo, el que todo le sale mal etc.…En el proceso de cambio uno experimenta la belleza de sentir las emociones que, aunque dolorosas algunas necesitaban ser reconocidas, valoradas, escuchadas e integradas como parte de mí.
El cambio nos lleva por un proceso de duelo que es natural. Las personas siento que por naturaleza somos así, pero nuestro miedo y distanciamiento de nosotros mismos y de nuestra esencia ha hecho que nos agarremos muy fuerte al concepto de quienes somos, a nuestras creencias, a nuestras emociones, a nuestras patrias, ideologías, nacionalismos, mi coche, tu coche, mis cosas, las tuyas, una idea de mí mismo que me encierra en mi propia cárcel de “mi mundo”. Una idea de mí mismo a veces muy rígida que modela mi manera de ver el mundo y a la vez lo distorsiona.
Ahora bien, si no cambiamos sentimos que no crecemos y emocionalmente nos morimos cada día un poco más por dentro. Por eso creo en el cambio personal y me gusta pensar que a todos nos iría bien revisar quienes somos o como somos al menos una vez en la vida.
“Las heridas emocionales ocurren en el contexto de relaciones y se repiten en el contexto de nuevas relaciones. Para que haya una transformación o un cambio, haría falta de una relación también”.
La herramienta que yo conozco y con la que he vivido (y vivo) mi propio cambio son las relaciones de apoyo seguras, protectoras, de confianza y estables. Pero todas las buenas relaciones tienen una cualidad reparadora. Rodéate de gente que te trata bien, te valora por quién eres no sólo por lo que haces y con quien puedes ser tú mismo.
Sólo tú puedes hacer ese viaje, pero tú a solas no lo harás, porque cuando el miedo al cambio se presente es el marco de una relación de apoyo segura, estable y protectora que te ayudará a confiar en seguir avanzando a pesar del miedo.
Las carencias y las heridas relacionales tempranas se produjeron dentro de una o varias relaciones, y la manera de integrar lo no vivido o lo rechazado es experimentando de nuevo esa necesidad relacional en una relación que esta vez sí nutra y aporte lo que una vez faltó.
Transformarnos generalmente significa movimiento, fluir, soltar y dejar de cargar con lo que te hace daño y renunciar a relaciones que te hieren.
En conclusión, nuestra propia transformación nos permite construir una nueva narrativa sobre nuestra vida y nos ayuda a mirar con compasión lo vivido, reconciliarnos con nuestro pasado a nivel emocional y poder seguir creciendo hoy, libre de cargas, y sobre todo de miedos.





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