Cuando el mundo se mueve dentro de ti

Por: Gabriela García Espinosa

El ritmo de la vida, los cambios constantes en nuestro entorno, el subsistir a nuestras emociones, necesitamos un espacio en nuestro mundo interno para así aprender como abrir nuestro corazón.

Es normal sentir miedo cuando se trata de mostrarnos internamente en ciertas circunstancias, es muy difícil abrir nuestro corazón. Escuchamos voces dentro de nosotros, dónde nos lleva a tomar decisiones en todo lo contrario a lo que sentimos, porque reprimimos y no aceptamos esa emoción nueva que tal vez nos hará volar a lo inexplicable, y de repente aparecer esa voz, sí, esa voz que es nuestra intuición, donde evade el sentimiento y nos cierra la puerta porque tal vez es una decisión equivocada, y solo queda pensar que es nuestro corazón hablando.

Todo tiene ese sentido, una cierta forma de saber cosas en base en nuestras experiencias pasadas, en lo que nuestro inconsciente quiere y necesita. Por dar un ejemplo, llega una persona nueva a nuestras vidas, es una sensación de conocerla de toda una vida, o de varias vidas, pero cabe en la casualidad que nunca la habíamos visto antes, y aparece de repente, mostrándonos ese movimiento interno, que no se sabe como manejarlo, es una nueva emoción, y nos basta descubrir si es una conexión emocional.

A lo largo de la vida, hemos coincidido con infinidad de rostros desde que nacimos, la mayoría de ellos anónimos y perdidos en el olvido. Sin embargo, de vez en cuando, una cara desconocida pasa a ser algo más, puede que una amistad, un compañero de trabajo o tal vez alguien con el que inicies una historia de amor.

Porque a veces ocurre, saltan chispas entre dos personas y se crean vínculos y verdaderas relaciones. La pregunta es: ¿por qué con algunas personas conectamos y con otras no? En primer lugar, es necesario tener claro que coincidir no es lo mismo que conectar.

Coincidir es algo habitual y lo hacemos con un gran número de personas, ahora bien, lo que es realmente asombroso y mágico es esa sensación de conexión que experimentamos con ciertas personas.

Con la conexión emocional de repente todo se transforma y sentimos una especie de sintonía muy profunda, tanto de mente, cómo de corazón, es estar escuchando una canción y sentir esa armonía dentro de ti deleitándote en la fusión de la letra con la música, no solo ocurre con las relaciones amorosas, también ocurre con las relaciones de amistad, todos buscamos esa conexión emocional, ese “Yo siento, lo que tu sientes”.

Hay otro factor importante que fortalece esta magia relacional: la autorrevelación. Y esto ocurre cuando nos sentimos tan cómodos y seguros que somos capaces de compartir todo abiertamente con la otra persona porque sabemos que guardará nuestros secretos y que además nos apoyará, nos hará saber si estamos confundidos y nos dirá la verdad. Igual que haremos nosotros con ella. Por tanto, se establece esa reciprocidad que cuida y mantiene la relación; ese refugio para abrir nuestros corazones, respirar cuando lo necesitemos y recargar nuestro ánimo. Así es como la magia se perpetúa. Por todo lo anterior, es indudable que cuando otra persona nos interesa y conectamos de forma más intensa con ella nos sentimos mejor.

 Sin lugar a duda, sentirte comprendido de forma inexplicable es una de las experiencias más maravillosas de las que podemos ser partícipes. Porque no siempre es fácil encontrar a esa otra persona con la que crear un vínculo tan mágico e intenso. De hecho, desgraciadamente muchas veces nos rodeamos de personas tóxicas e incomprensibles.  Algo que hay que esforzarse en evitar. Esforcémonos siempre en forjar esa magia.